22/9/07

23º SFT "Desde los pueblos crucificados, vamos por mas humanidad"

Hola a todos y todas compañeros y compañeras de delegacion. En tren de ir metiéndonos en la preparación hacia el proximo Seminario de Formacion Teologica les acerco algunas informaciones al respecto:

Lugar: Santiago del Estero

Fecha: del 3 al 9 de Febrero 2008

Lema: "Desde los pueblos crucificados, vamos por mas humanidad"

Espacios para participar:

Culturas Juveniles - Construccion politica (Titulo a designar)

Espacio Teologico (Titulo a designar) - Corporeidad

Tambien es bueno recordar que los siguientes compañeros formaran parte en distintas actividades de la organizacion del 23 SFT:

Omar Palma: Metodologia
Andrea Aguirre: Liturgia
Charo: Liturgia
Osvaldo Acosta: Prensa
Gustavo Zarza: Prensa y animación de Marcha
Soledad Espinosa: Fotógrafa.

Las fechas para las proximas reuniones de la delegacion son las siguientes:

Octubre: Domingo 7
Noviembre: Domingo 18
Diciembre: Domingo 9
Enero: Domingo 6

Todas las reuniones son a las 16 horas en el Salón parroquial de la Catedral



5/9/07

“MISERICORDIA QUIERO, NO SACRIFICIOS”

Documento base de contenidos para el 23 SFT



“Misericordia quiero, no sacrificios” nos desafía a reconstruir lo humano desde los pueblos crucificados. Lo vamos a ir desentrañando a lo largo de este tiempo para amasarlo juntos en Santiago del Estero, nuestra próxima casa donde celebraremos el 23 Seminario de Formación Teológica. Recordar estas palabras que Jesús le dice a sus amigos (Mateo 9, 9-13; Mateo 12, 1-8) retomando lo dicho por los profetas (Oseas 6, 6) son una oportunidad para relacionar íntimamente el caminar de los Seminarios con lo que nos toca vivir y las circunstancias por las que atravesamos como pueblo de Dios.

Estamos viviendo en una sociedad cada vez más sacrificial, en donde la voz y la acción de Dios liberador está siendo ocultada por las voces del mercado y la mentira. La fuerza del Espíritu lo está revelando, nos invita a discernir profundamente los signos que este tiempo nos presenta y nos llama también a una libertad profunda de pensar y poder expresar lo que pensamos, lo que es motivo de alegría. En este sentido, nos parece oportuno ir desentrañando la experiencia de un Jesús histórico, marginal y marginalizado, con una práctica a contrapelo de la religión de su época (¿y de la nuestra?). Era una religión sin corazón, sin misericordia y sin solidaridad, hecha de pura legalidad, rito y sacrificio, convertida en pura ideología, por lo tanto incapaz de ayudar a engendrar algo nuevo.

Por esto, uno de los ejes del próximo Seminario que queremos ir develando es precisamente la afirmación de la misericordia eficaz por sobre el sacrificio, que retoma desde otra mirada aquello de “No al sacrificio de los pobres” (16° SFT – La Rioja 2001) y de “¡Basta! Dignidad y Vida” (17° SFT – Rosario 2002) y se pone en correlación con los dos últimos Seminarios, donde trabajamos sobre “La materialidad de la vida” (21° SFT – 2006 La Rioja) y “Ciudadanía plena y Vida en abundancia” (22° SFT – 2007 Viedma).

En el camino de los Seminarios, desde hace años y en particular en el último, venimos planteando pasos para una construcción a través del método teológico. Mirando hacia el próximo, nos parece desafiante que podamos explicitar quiénes son los sujetos necesarios hacedores de una teología que hoy, pobre y perseguida, puede ser también profética.

La perspectiva de los pueblos crucificados para el método teológico se constituye en una línea que nos debe orientar a plantear quiénes son los sujetos constructores de teología en quienes también reconocemos a sujetos hacedores de proyectos políticos.

1. Leer los textos bíblicos citados y comentarlos

¿Cuáles son los sacrificios a los que se refiere Jesús?
¿Qué sentido tiene para Jesús y la tradición profética la palabra misericordia?


2. Conversar a partir de los siguientes aportes, extractos de la reflexión de las reuniones de la Coordinación Nacional de los Seminarios

a) Un mundo cada vez más sacrificial

Vivimos en un mundo que es cada vez más sacrificial y que requiere víctimas del consumo, donde la vida humana no vale nada y queda en un segundo plano frente a los intereses del mercado. El núcleo de la cultura y de la civilización es el mercado, el intercambio de bienes, donde los capitales circulan libremente, se pide la libre circulación de mercaderías y dinero, pero no de personas, sino que cada vez son más estrictas las leyes de migración de los países desarrollados.

Los poderosos de este tiempo no le tienen nada que envidiar a aquellos con quienes se enfrentaban los profetas del Antiguo Testamento: “Ustedes juegan con la vida del pobre y del miserable por algún dinero o por un par de sandalias” (Am. 8,6); “Pobres de aquellos que dictan leyes injustas y con sus decretos organizan la opresión, que despojan de sus derechos a los pobres de mi país e impiden que se les haga justicia” (Is. 10, 1-2).


b) La revalorización de la misericordia con todas las letras

¿Qué lugar hay en el mundo de hoy para la misericordia? Se toleran y se aplauden ciertos gestos de “misericordia”, obras de asistencia para los que sufren, actitudes de compasión con el carenciado que rozan la lástima. Si somos “buenos” y hacemos esas obras de misericordia que contienen para que todo siga igual, nadie nos va a perseguir, es probable incluso que nos den medallas si lo hacemos con suficiente visibilidad y presencia mediática. Como testimoniaba Dom Helder Camara: cuando pedía pan para los pobres, me decían que era un santo y cuando empecé a preguntar por qué les falta pan, me decían comunista.

Pero la “misericordia” de la que habla Jesús es mucho más que eso, no la niega pero va mucho más allá. El no sólo hace obras de misericordia sino que pone la misericordia como el principio fundamental y la antepone a todo lo demás. El no se queda con gestos aislados que alivian el sufrimiento del pobre sino que clama, lucha, trabaja, camina, discute, denuncia, propone, pone su cuerpo y arriesga su vida. Jesús “sana, afianza y promueve la dignidad del hombre” para que la sociedad se transforme profundamente, para que el Reino se haga realidad; en fin, para que la misericordia operante sea la clave que reemplaza la lógica del sacrificio victimal.

La misericordia así entendida ha dejado de ser moneda corriente porque no entra en el mercado. Por ello, quienes se adhieren al proyecto de Jesús son movidos a misericordia eficaz y como el mercado no vive de la misericordia sino todo lo contrario, le molesta profundamente y hace lo posible para que desaparezca.

¿Qué sacrificios vemos en el mundo de hoy que nos afectan directamente?
¿De qué sentido la han llenado quienes se han apropiado del término misericordia?
¿Qué sería tener misericordia eficaz en esta realidad que vivimos?


3. Profundizar la reflexión en pequeños grupos, incorporando nuevos elementos

a) Pueblos crucificados

Volvemos a poner en el centro a la misericordia y la ponemos como acción y reacción ante el sufrimiento ajeno, ante los pueblos crucificados para que dejen de serlo. A los pueblos crucificados hay que bajarlos de la cruz y preguntarnos por qué seguimos construyendo cruces y de que manera llegamos también a ser cómplices de este sistema sacrificial que sigue construyendo cruces.

Una visión renovada de misericordia nos abre a otro planteo, nos permite visualizar una articulación más amplia y nos hace solidarios con otros pueblos desde donde podemos reconstruir una nueva tierra, una nueva sociedad. Este “Misericordia quiero no sacrificios” bien puede ser pronunciado con grandes rasgos latinoamericanos dado que no es un solo pueblo el que clama sino muchos.

En un esfuerzo de pueblos que buscan la integración, es importante preguntarnos ¿para qué?, ¿por qué? Estos interrogantes nos permiten instalar el debate y la construcción desde una mirada latinoamericana, ya que nos abren amplias posibilidades de vincularnos no sólo desde la resistencia sino desde la iniciativa, la propuesta, el ejercicio del poder, la construcción.

¿Si hay pueblos crucificados, hay pueblos crucificadores?
¿En qué medida somos cómplices de esta situación?
¿Quiénes bajan de la cruz a esos pueblos?, ¿se bajan solos?, ¿cómo?


4. Para cerrar, comentar este último aporte y pensar pistas para la concreción de estas ideas

a) ¡¡¡Vamos por más humanidad!!!

Nuestra fe militante debe ayudarnos a construir “una ciudad nueva” a partir de lo que somos, primero como sujetos, después como hacedores. Para poder hacerlo hacen falta herramientas, ver con qué, por dónde, con quiénes y cómo utilizamos algunas teorías. Nos hace apuntar al hombre concreto, al Jesús marginal, marginalizado y nos compromete a una acción misericordiosa que nos hace sujetos no solamente hacedores de teología sino que nos constituye también como sujetos constructores de proyectos políticos, que de la mano de una teología encarnada, nos posiciona en los cimientos de una ciudadanía plena, para vivir una vida abundante.

A los pueblos no solamente los han llevado a un estado de crucifixión sino que se les ha sacado mucho. El grito de justicia todavía resuena en muchos oídos, el deseo de reivindicación está latente y lo expresamos diciendo: “¡No queremos que nos den! ¡Queremos que nos devuelvan lo que nos han sacado! ¡Queremos recuperar los derechos robados!”. El clamor es que la misericordia sea traducida también como justicia.

Tenemos que atender al herido al costado del camino e ir rehaciendo ese camino, no ir tirando a los bordes como desechos humanos a tantos hermanos nuestros y no reconocerlos. En el fondo, tiene que ver con ir por más humanidad, nos insertamos en un concierto de construcción continua de lo humano desde nuestros pueblos crucificados.

¿Por dónde comenzamos? ¿Qué priorizamos?
¿Cuáles caminos estamos dispuestos a transitar para ello?