13/10/07

CENAR CON EL SEÑOR Y COM-PARTIR EL PAN CON LOS NECESITADOS

EN EL NUEVO TESTAMENTO

Por: RONALDO MUÑOZ



Desde la Edad Media y el Concilio de Trento ( siglo XVI ), en la Iglesia católica la catequesis y la espiritualidad de la Eucaristía, se han centrado en la adoración del “Sacramento del Altar“, en la participación en el “Sacrificio de la Misa” con el protagonismo único del “sacerdote”, y en “recibir a Jesús” personalmente en la comunión. Más recientemente, desde mediados del siglo XX y el Concilio Vaticano II, estudiando la Biblia, y reflexionando sobre el sentido humano y religioso del “comer juntos” y la fiesta, redescubrimos en los evangelios “las comidas de Jesús con....” ( ... la muchedumbre hambrienta, con los pecadores, con la comunidad de sus discípulos y discípulas,... ). Redescubrimos en todo el Nuevo Testamento, la importancia del encuentro comunitario con el Resucitado en “la Cena del Señor” celebrando su Pascua; para alimentar nuestra fe, y hacernos “un solo cuerpo” y “un solo espíritu” con él por el amor fraterno. Recuperamos la conciencia de algo tan esencial en el discipulado cristiano, como que es mentira y “profación”, separar en nuestra práctica la participación en la Cena del Señor, del “partir el pan“ con los necesitados y el compromiso en la construcción de una sociedad más justa en solidaridad con los pobres.
Para entender mejor esta renovación profunda -- e inspirarnos para entrar efectivamente en ella -- nos puede servir mucho la carta breve de Juan Pablo II “Mane nobiscum, Domine” para el año de la Eucaristía; y sobre todo, nos debe servir la relectura del Nuevo Testamento en clave de “Cenar con el Señor y com-partir el pan con los necesitados”. Para ayudarnos en esto último, ofrezco aquí la siguiente...

G U I A D E L E C T U R A :


1. LA MESA DE JESÚS
CON LOS PECADORES

Desde el comienzo de la misión
Jesús acoge a los pecadores
y va a comer con ellos,
haciendo la contra
a los jefes y maestros de los judíos.
Y luego justifica su práctica
por así hace Dios.

Marcos 2, 13-17; Lucas 15

2. PALABRA DE DIOS Y PAN
EN EL DESIERTO

Un gran gentío, en despoblado,
va siguiendo a Jesús para escucharlo
y tiene hambre.
Él los invita a sentarse en el pasto
en grupo de cincuenta,
y para ellos multiplica
los panes y los pescados.

Marcos 6, 34-44; Mateo 4, 1-4
Juan 6, 1-15. 25-40


3. BANQUETE PARA LOS POBRES

Jesús, invitado a un banquete, aconseja:
No buscar los primeros puestos.
No invitar sólo a los amigos y los ricos,
Sino a los pobres y los lisiados,
los que no podrán corresponder.
Uno de los invitados comenta:
“Feliz el que pueda participar
en el banquete del reino de Dios.”

Lucas 14, 1-15; Mateo 8, 10-12


4. LA VIDA POR LOS AMIGOS
Y POR TODOS

La noche de Pascua en que será detenido
Jesús come con sus discípulos
su Ultima Cena antes de morir.
Y les dice:
“No volveré a comer esta Pascua con ustedes
hasta que se cumpla en el reino de Dios”.
Y luego al partir el pan ,les dice:
“Esto es mi cuerpo entregado por ustedes”.
Y al pasar la copa grande con el vino:
“Esta es mi sangre
derramada por ustedes y por todos,
la sangre de la Nueva Alianza...”
1ª Corintios 11, 23-26; Marcos 14, 12-25; Lucas 22, 1-8. 14-20; Juan 15, 12-15


5. LAVARSE LOS PIES
UNOS A OTROS

En la misma Última Cena
los discípulos discuten todavía
quién de ellos es el más importante.
Y Jesús les llama la atención:
Al contrario de los grandes de este mundo,
el más importante entre sus discípulos
tiene que hacerse el sirviente de todos,
como lo hace el mismo Jesús,
que lava los pies a los discípulos
y los sirve a la mesa.

Lucas 22, 24-27; Juan 13, 1-17


6. EN EL CAMINO DE LA TRISTEZA:
RECONOCER AL RESUCITADO

Al “tercer día” de la muerte de Jesús
dos discípulos se vuelven a casa
derrotados y tristes.
El mismo Jesús ya resucitado,
se le une en el camino sin ser reconocido
y va conversando con ellos
de lo que ha pasando en Jerusalén.
Llegando al pueblo donde iban,
acepta entrar a comer con ellos
y ellos lo reconocen cuando les parte el pan.
Lucas 24, 13-35

7. COMER CON EL RESUCITADO:
PAZ Y NUEVO ALIENTO, NO MIEDO

Jesús resucitado se hace presente luego
al grupo de los discípulos reunidos.
Les da su paz y su aliento de vida nueva,
que no tengan miedo,
pero ellos dudan.
Entonces él les pide de comer,
le ofrecen pescado y come con ellos.

Lucas 24, 36-43; Hechos 10, 40-41;
Juan 20, 19-29; 14, 27-28; 21, 9-13;
Apoc 3, 20.


8. PARTIR EL PAN CON ALEGRIA,
COMPARTIR LOS BIENES

Después de recibir el Espíritu Santo
el días de Pentecostés,
la comunidad de discípulos y discípulas
“acuden sin falta
a la enseñanza de los apóstoles,
a la convivencia,
a com-partir el pan y a las oraciones.”
Comparten sus bienes materiales
Y “parten el pan en la casas...
con alegría y sencillez de corazón.”

Hechos 2, 42-47; 4, 32-35

9. UN SOLO CUERPO

Y las comunidades cristianas
que van formándose
entre las naciones paganas,
saben que por la copa de bendición que beben
participan en común de la sangre de Cristo,
que por el pan que parten
participan en común del cuerpo de Cristo,
y por eso forman ellos mismos
un solo cuerpo.
1ª Corintios 10, 14-21

10. PAN DEL CIELO,
PAN DE VIDA ETERNA

Creen de veras que Jesús resucitado
es “el Pan vivo bajado del cielo”,
y que si en la mesa fraterna
“comen su carne y beben su sangre”,
tienen ya y alimentan en ellos
la vida eterna.

Juan 6, 48-71


11. CUERPO DE CRISTO,
CUERPO DE LOS POBRES

Pero, esas comunidades saben también
que si se reúnen para la Cena del Señor,
proclamando así su entrega hasta la muerte,
y los que tiene más
no comparten su comida
con los más pobres,
eso “ya no es la Cena del Señor”,
sino un pecado contra su cuerpo y su sangre
por el que “comen y beben
su propia condenación”.


1ª Corintios 11, 17-34;
Lucas 13, 25-27; 16, 19-31

LA IGLESIA DE JESUS, COMUNIDAD DE IGUALES

CON DIVERSIDAD DE CONDICIONES, DONES Y SERVICIOS

S A C R A M E N T O D E H E R M A N D A D
EN LA SOCIEDAD HUMANA
Por: RONALDO MUÑOZ


1. Como cristianos de pueblo y comunidades, sabemos que nuestra Iglesia en todos sus niveles, necesita y anhela ser más fiel a Jesucristo y acercarse más a la humanidad de hoy, renovándose según el Evangelio. Sabemos también que ese anhelo pasa por nuestra conversión -- como personas y comunidades, y también como institución – para ser una iglesia más fraternal y participativa, más acogedora y misericordiosa, más cercana y solidaria con los pobres.

2. El Evangelio, en efecto, nos presenta a Jesús de Nazaret, el Mesías-sirviente, que vive y actúa como un predicador popular, humilde y motivo de contradicción, que conversa con Dios en una intimidad nunca vista, que acoge a los marginados y come con los pecadores. En medio de su pueblo, él no es Maestro de la Ley, no es persona religiosa como los fariseos, no pertenece a los sacerdotes del templo ni ejerce ningún oficio en el culto. Él es un “laico” de pueblo humilde, y de los mismos convoca a la comunidad de sus discípulos y discípulas.

3. Tampoco viene Jesús a fundar una nueva secta, como son los fariseos o los esenios; no viene a establecer sobre su pueblo una nueva casta, como los Maestros de la Ley o los Sacerdotes; no viene a constituirse con los suyos en un nuevo poder sagrado – ordenador y benefactor – en alianza o en competencia con los poderes establecidos. El proyecto de Jesús, con su correspondiente estrategia, no es tampoco “fundar la iglesia” ( como una institución, con su orden y servicios ), sino anunciar y hacer presente en medio de su pueblo “el reinado de Dios”: a Dios mismo que se acerca de un modo nuevo -- como Padre misericordioso o maternal -- cambiando a las personas desde adentro ( desde el corazón ) y las relaciones sociales, desde abajo ( desde los pobres y excluidos ). Así pensaba Jesús hacer, primero del grupo de sus discípulos/as y luego (con ellos) de todo Israel, “la sal de la tierra” y “la luz del mundo”.

4. Para eso Jesús forma su grupo de los Doce ( las doce tribus de Israel ), y en su camino con ellos y un círculo más amplio de discípulos y discípulas, los educa en la hermandad igualitaria, en el perdón y el servicio mutuos, en el compañerismo de la misión común. Al revés de los fariseos, les inculca que ellos tienen un sólo Padre y un sólo Maestro. Al revés de los sacerdotes, les muestra a un Dios que nos dice “Misericordia quiero, no sacrificios”. Al revés de los gobernantes, les enseña que ocupar el primer puesto es sentir y actuar como el sirviente. Por eso, precisamente, Jesús entra en conflicto con los intereses de las autoridades y con algunas expectativas mesiánicas de su pueblo, y termina llevado hasta la muerte de cruz.

5. Por eso, con el vuelco de Pascua y el don de Pentecostés, en todo el Nuevo Testamento aparecen comunidades fraternas, en convivencia sencilla y cálida, y compartiendo con los más pobres. Donde todos y cada uno son testigos y profetas, orantes inspirados y servidores, con diversidad de dones y ministerios ( lo cual no exime a esas comu- nidades de mezquindades y conflictos, como en todo grupo humano ). Allí se reconoce desde el principio la autoridad de los Apóstoles, de los Doce y de otros varones y mujeres ( como Bernabé y Pablo, Priscila y Áquila, Andrónico y Junia, Febe,... ): por haber caminado con Jesús y ser de los primeros testigos de su resurrección; por recibir del Resucitado un especial encargo de pastorear a los hermanos e ir delante en la misión. También se reconoce el ministerio itinerante de los profetas y los maestros. Y las mismas comunidades se van organizando -- diversamente, según regiones y culturas -- con ministerios estables de animación y coordinación, confirmados por los Apóstoles ( ministerios, ninguno de los cuales es designado como “sacerdocio”, ni orientado a presidir la Cena del Señor ). Pero el Espíritu de amor fraterno, de oración y profecía, se “derrama” en todos: en hombres y mujeres, en ancianos y jóvenes, en judíos y extranjeros,... Con las iniciativas y el concurso de todos se construye la comunidad eclesial, testigo y misionera, “cuerpo” visible y actuante de Jesu-Cristo en el mundo.

6. El mismo Jesu-Cristo, entregado hasta la muerte de cruz y resucitado por el Padre, es presentado en el Nuevo Testamento como el único Sacerdote de la Nueva Alianza, que vuelve inútiles al clero mediador y al culto segregado de la Antigua. Y así, el Nuevo Pueblo de Dios “en Jesu-Cristo”, tiene todo entero acceso directo al Padre, y es entero consagrado como pueblo profético, sacerdotal y real. Por eso, el cristianismo primitivo se extiende entre los pueblos de la tierra como una religión sin castas ni discriminaciones, sin templo ni sacerdotes, donde los ministerios más importantes son los del anuncio del Evangelio y la reflexión de la Palabra ligada a la vida: para “el culto espiritual” de “la fe que actúa por amor” en la vida cotidiana.

7. Y el Concilio Vaticano II, inspirándose sobre todo en la tradición juánica y siguiendo a los Padres de la Iglesia antigua, explica que la iglesia, como muchedumbre de hermanos, se muestra ( tendría que mostrarse ) “reunida por la unidad del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo”; y en cuanto tal es ( debe ser ) “Sacramento” ( signo y herra- mienta ) de comunidad fraterna para la sociedad humana. Es que Dios mismo, para la fe cristiana, no es autocomplacencia solitaria, sino perfecta comunión de amor, de los Tres iguales y distintos: comunión sin monarquía ni subordinación, acogedora y solidaria hasta el extremo con la humanidad y el mundo.

8. Con este horizonte evangélico y teo-lógico, y recogiendo el anhelo “espiritual” del pueblo fiel y de sus pastores, tenemos que recuperar entre nosotros – con fidelidad creativa – el estilo y las estructuras de una iglesia fraterna y comunitaria, entera carismática, ministerial y misionera. Una iglesia donde “la vivencia de la comunión a que ha sido llamado la encuentre el cristiano en su comunidad de base... una comunidad que corresponda a un grupo homogéneo, con una dimensión que permita el trato personal fraterno entre sus miembros... comunidad de base que sea el primero y fundamental núcleo eclesial” ( Medellín ). Una Iglesia que viva en todos sus niveles la “comunión y participación” ( Puebla ). Una iglesia donde opiniones, iniciativas y tareas, sean acogidas, animadas y coordinadas flexiblemente, por “pastores humildes y cercanos, hermanos y servidores de sus comunidades” ( Santo Domingo ). Donde el discernimiento comunitario y la deliberación colegial sean practicados en todos los niveles: a fin de “resolver en común las cosas más importantes, contrastándolas con el parecer de muchos” ( Vaticano II ).

9. Así podremos, como comunidad de discípulos y discípulas de Jesús, ser sal y luz del Evangelio del reinado de Dios; en esta sociedad nuestra tan marcada por el individualismo competitivo, por la injusticia y la segregación social; tan herida por la imposición de quienes concentran los bienes materiales, el conocimiento y las decisiones.

































EN UN MUNDO MEZQUINO Y CRUEL




Por: Ronaldo Muñoz


La presión de la propaganda en la televisión y la calle, el ambiente en el estudio y la diversión, en el trabajo y con los amigos... TODO NOS EMPUJA al éxito individual a ganar y brillar más cada uno por encima de los demás, a la “fiesta del consumo”.

Y si no conseguimos ese éxito y nos vemos excluidos de esa fiesta SE NOS TAMBALEA la autoestima y nos rondan la depresión y la amargura.


Si observamos y preguntamos más si me pongo a leer y pensar un poco más allá de mis problemas de familia y de las noticias de cada día VAMOS DESCUBRIENDO un mundo de hoy dividido e injusto, una sociedad y un “mundo global” con las grandes mayorías empobrecidas y excluídas del progreso, con formas nuevas y más masivas de fanatismo y de violencia.

Nos descubrimos en una sociedad global invadida y conquistada por una CIVILIZACIÓN MATERIALISTA competitiva y destructora de la naturaleza. Donde parece que lo único que vale es LO QUE SE VENDE O SE COMPRA POR DINERO, y donde el dinero, el conocimiento y el poder se acumulan en cada vez menos personas, en menos países y empresas supra-nacionales.

Pero también en cada uno y en este mismos mundo, podemos descubrir sueños y brotes de paz y justicia de ESPIRITUALIDAD HERMANDAD universal y reencuentro con la naturaleza.
Podemos encontrarnos con diversas formas de COMUNIDADES ABIERTAS DE FE Y AMOR de servicio desinteresado y esperanza. En distintos sectores sociales en distintos pueblos y tradiciones religiosas especialmente entre los pobres de la tierra.


A NOSOTROS LOS CRISTIANOS...

Más que a encerrarnos a revisar como vivimos, que hacemos y que dejamos sin hacer, se nos llama A SALIR Y ACERCARNOS A LOS MAS POBRES Y DESVALIDOS, a los despojados y malheridos en la orilla del camino.
Se nos llama a ESCUCHAR en esos mismos pobres y en nuestras comunidades creyentes LA PALABRA DE DIOS.

Lo que se nos hace cuerpo y sangre, amor entregado y vida nueva entre nosotros y para el mundo en JESÚS DE NAZARET, EL CRISTO.


Así podemos, en este mundo de hoy ir recuperando y re-creando la memoria, la experiencia y la esperanza
Del “misterio”
De DIOS AMOR Comunidad Trinitaria desbordante y acogedora
Del misterio de la COMUNIDAD “IGLESIA” partiendo de sus bases entre los pobres de la tierra
Del “misterio” de LA VIDA CRISTIANA que humilde y gozosamente vive y teje con otros hermandad solidaria.

Comunidad y vida cristianas de cada día, llamadas, animadas y envidadas como “LUZ DEL MUNDO Y SAL DE LA TIERRA”. Como “sacramento” (signo y herramienta) del Dios de Jesucristo, comunidad Trinitaria activo en el mundo y la historia humana para transformar a las personas desde adentro y a la sociedad desde abajo.

22/9/07

23º SFT "Desde los pueblos crucificados, vamos por mas humanidad"

Hola a todos y todas compañeros y compañeras de delegacion. En tren de ir metiéndonos en la preparación hacia el proximo Seminario de Formacion Teologica les acerco algunas informaciones al respecto:

Lugar: Santiago del Estero

Fecha: del 3 al 9 de Febrero 2008

Lema: "Desde los pueblos crucificados, vamos por mas humanidad"

Espacios para participar:

Culturas Juveniles - Construccion politica (Titulo a designar)

Espacio Teologico (Titulo a designar) - Corporeidad

Tambien es bueno recordar que los siguientes compañeros formaran parte en distintas actividades de la organizacion del 23 SFT:

Omar Palma: Metodologia
Andrea Aguirre: Liturgia
Charo: Liturgia
Osvaldo Acosta: Prensa
Gustavo Zarza: Prensa y animación de Marcha
Soledad Espinosa: Fotógrafa.

Las fechas para las proximas reuniones de la delegacion son las siguientes:

Octubre: Domingo 7
Noviembre: Domingo 18
Diciembre: Domingo 9
Enero: Domingo 6

Todas las reuniones son a las 16 horas en el Salón parroquial de la Catedral



5/9/07

“MISERICORDIA QUIERO, NO SACRIFICIOS”

Documento base de contenidos para el 23 SFT



“Misericordia quiero, no sacrificios” nos desafía a reconstruir lo humano desde los pueblos crucificados. Lo vamos a ir desentrañando a lo largo de este tiempo para amasarlo juntos en Santiago del Estero, nuestra próxima casa donde celebraremos el 23 Seminario de Formación Teológica. Recordar estas palabras que Jesús le dice a sus amigos (Mateo 9, 9-13; Mateo 12, 1-8) retomando lo dicho por los profetas (Oseas 6, 6) son una oportunidad para relacionar íntimamente el caminar de los Seminarios con lo que nos toca vivir y las circunstancias por las que atravesamos como pueblo de Dios.

Estamos viviendo en una sociedad cada vez más sacrificial, en donde la voz y la acción de Dios liberador está siendo ocultada por las voces del mercado y la mentira. La fuerza del Espíritu lo está revelando, nos invita a discernir profundamente los signos que este tiempo nos presenta y nos llama también a una libertad profunda de pensar y poder expresar lo que pensamos, lo que es motivo de alegría. En este sentido, nos parece oportuno ir desentrañando la experiencia de un Jesús histórico, marginal y marginalizado, con una práctica a contrapelo de la religión de su época (¿y de la nuestra?). Era una religión sin corazón, sin misericordia y sin solidaridad, hecha de pura legalidad, rito y sacrificio, convertida en pura ideología, por lo tanto incapaz de ayudar a engendrar algo nuevo.

Por esto, uno de los ejes del próximo Seminario que queremos ir develando es precisamente la afirmación de la misericordia eficaz por sobre el sacrificio, que retoma desde otra mirada aquello de “No al sacrificio de los pobres” (16° SFT – La Rioja 2001) y de “¡Basta! Dignidad y Vida” (17° SFT – Rosario 2002) y se pone en correlación con los dos últimos Seminarios, donde trabajamos sobre “La materialidad de la vida” (21° SFT – 2006 La Rioja) y “Ciudadanía plena y Vida en abundancia” (22° SFT – 2007 Viedma).

En el camino de los Seminarios, desde hace años y en particular en el último, venimos planteando pasos para una construcción a través del método teológico. Mirando hacia el próximo, nos parece desafiante que podamos explicitar quiénes son los sujetos necesarios hacedores de una teología que hoy, pobre y perseguida, puede ser también profética.

La perspectiva de los pueblos crucificados para el método teológico se constituye en una línea que nos debe orientar a plantear quiénes son los sujetos constructores de teología en quienes también reconocemos a sujetos hacedores de proyectos políticos.

1. Leer los textos bíblicos citados y comentarlos

¿Cuáles son los sacrificios a los que se refiere Jesús?
¿Qué sentido tiene para Jesús y la tradición profética la palabra misericordia?


2. Conversar a partir de los siguientes aportes, extractos de la reflexión de las reuniones de la Coordinación Nacional de los Seminarios

a) Un mundo cada vez más sacrificial

Vivimos en un mundo que es cada vez más sacrificial y que requiere víctimas del consumo, donde la vida humana no vale nada y queda en un segundo plano frente a los intereses del mercado. El núcleo de la cultura y de la civilización es el mercado, el intercambio de bienes, donde los capitales circulan libremente, se pide la libre circulación de mercaderías y dinero, pero no de personas, sino que cada vez son más estrictas las leyes de migración de los países desarrollados.

Los poderosos de este tiempo no le tienen nada que envidiar a aquellos con quienes se enfrentaban los profetas del Antiguo Testamento: “Ustedes juegan con la vida del pobre y del miserable por algún dinero o por un par de sandalias” (Am. 8,6); “Pobres de aquellos que dictan leyes injustas y con sus decretos organizan la opresión, que despojan de sus derechos a los pobres de mi país e impiden que se les haga justicia” (Is. 10, 1-2).


b) La revalorización de la misericordia con todas las letras

¿Qué lugar hay en el mundo de hoy para la misericordia? Se toleran y se aplauden ciertos gestos de “misericordia”, obras de asistencia para los que sufren, actitudes de compasión con el carenciado que rozan la lástima. Si somos “buenos” y hacemos esas obras de misericordia que contienen para que todo siga igual, nadie nos va a perseguir, es probable incluso que nos den medallas si lo hacemos con suficiente visibilidad y presencia mediática. Como testimoniaba Dom Helder Camara: cuando pedía pan para los pobres, me decían que era un santo y cuando empecé a preguntar por qué les falta pan, me decían comunista.

Pero la “misericordia” de la que habla Jesús es mucho más que eso, no la niega pero va mucho más allá. El no sólo hace obras de misericordia sino que pone la misericordia como el principio fundamental y la antepone a todo lo demás. El no se queda con gestos aislados que alivian el sufrimiento del pobre sino que clama, lucha, trabaja, camina, discute, denuncia, propone, pone su cuerpo y arriesga su vida. Jesús “sana, afianza y promueve la dignidad del hombre” para que la sociedad se transforme profundamente, para que el Reino se haga realidad; en fin, para que la misericordia operante sea la clave que reemplaza la lógica del sacrificio victimal.

La misericordia así entendida ha dejado de ser moneda corriente porque no entra en el mercado. Por ello, quienes se adhieren al proyecto de Jesús son movidos a misericordia eficaz y como el mercado no vive de la misericordia sino todo lo contrario, le molesta profundamente y hace lo posible para que desaparezca.

¿Qué sacrificios vemos en el mundo de hoy que nos afectan directamente?
¿De qué sentido la han llenado quienes se han apropiado del término misericordia?
¿Qué sería tener misericordia eficaz en esta realidad que vivimos?


3. Profundizar la reflexión en pequeños grupos, incorporando nuevos elementos

a) Pueblos crucificados

Volvemos a poner en el centro a la misericordia y la ponemos como acción y reacción ante el sufrimiento ajeno, ante los pueblos crucificados para que dejen de serlo. A los pueblos crucificados hay que bajarlos de la cruz y preguntarnos por qué seguimos construyendo cruces y de que manera llegamos también a ser cómplices de este sistema sacrificial que sigue construyendo cruces.

Una visión renovada de misericordia nos abre a otro planteo, nos permite visualizar una articulación más amplia y nos hace solidarios con otros pueblos desde donde podemos reconstruir una nueva tierra, una nueva sociedad. Este “Misericordia quiero no sacrificios” bien puede ser pronunciado con grandes rasgos latinoamericanos dado que no es un solo pueblo el que clama sino muchos.

En un esfuerzo de pueblos que buscan la integración, es importante preguntarnos ¿para qué?, ¿por qué? Estos interrogantes nos permiten instalar el debate y la construcción desde una mirada latinoamericana, ya que nos abren amplias posibilidades de vincularnos no sólo desde la resistencia sino desde la iniciativa, la propuesta, el ejercicio del poder, la construcción.

¿Si hay pueblos crucificados, hay pueblos crucificadores?
¿En qué medida somos cómplices de esta situación?
¿Quiénes bajan de la cruz a esos pueblos?, ¿se bajan solos?, ¿cómo?


4. Para cerrar, comentar este último aporte y pensar pistas para la concreción de estas ideas

a) ¡¡¡Vamos por más humanidad!!!

Nuestra fe militante debe ayudarnos a construir “una ciudad nueva” a partir de lo que somos, primero como sujetos, después como hacedores. Para poder hacerlo hacen falta herramientas, ver con qué, por dónde, con quiénes y cómo utilizamos algunas teorías. Nos hace apuntar al hombre concreto, al Jesús marginal, marginalizado y nos compromete a una acción misericordiosa que nos hace sujetos no solamente hacedores de teología sino que nos constituye también como sujetos constructores de proyectos políticos, que de la mano de una teología encarnada, nos posiciona en los cimientos de una ciudadanía plena, para vivir una vida abundante.

A los pueblos no solamente los han llevado a un estado de crucifixión sino que se les ha sacado mucho. El grito de justicia todavía resuena en muchos oídos, el deseo de reivindicación está latente y lo expresamos diciendo: “¡No queremos que nos den! ¡Queremos que nos devuelvan lo que nos han sacado! ¡Queremos recuperar los derechos robados!”. El clamor es que la misericordia sea traducida también como justicia.

Tenemos que atender al herido al costado del camino e ir rehaciendo ese camino, no ir tirando a los bordes como desechos humanos a tantos hermanos nuestros y no reconocerlos. En el fondo, tiene que ver con ir por más humanidad, nos insertamos en un concierto de construcción continua de lo humano desde nuestros pueblos crucificados.

¿Por dónde comenzamos? ¿Qué priorizamos?
¿Cuáles caminos estamos dispuestos a transitar para ello?

2/6/07

CELEBRACION DE APERTURA

La revelación de algo oculto

Una sencilla y profunda Celebración Ecuménica abrió el Seminario, reuniendo a alrededor de 1000 personas entre los participantes y un numeroso grupo de vecinos de Viedma y Patagones que se acercaron a acompañar.

La Celebración Ecuménica de Apertura comenzó con la bienvenida de los anfitriones, haciendo memoria de los Seminarios anteriores con cartelones con puntos del país por donde pasó esta construcción colectiva de teología y sus correspondientes lemas.
Para hacer memoria y volver a las raíces, se lo tuvo presente al P. Orlando Yorio a través de uno de sus relatos
[1], donde cuenta una situación de ocultamiento y revelación por la que le tocó pasar, en la que tuvo como protagonista a una mujer mapuche. Orlando, fallecido pocos años atrás, fue uno de los fundadores de los Seminarios y quien vivió largo tiempo en Viedma cuando era el obispo local Miguel Esteban Hesayne, otro gran impulsor de los Seminarios.
En un preparado guión, los locutores fueron creando clima y presentando algunas de las ideas centrales del seminario como espacio de construcción teológica desde la vida.
El pastor metodista Peter Rochon habló de la necesidad de justicia: “La justicia es para el pobre, para el huérfano, para los olvidados, para los nadies del sistema, que son piedras fundamentales de la Iglesia de Cristo. La justicia es el alimento digno, la justicia es atención médica gratuita, la justicia es educación que promueve la vida, que enriquece el espíritu, que piensa y siente”. Otra pastora evangélica añadió en tono crítico: “Los corruptos y egoístas que habitan muchas veces espacios de poder no piensan en el bien común, no pueden dar claridad y esperanza”.
El obispo de Viedma Esteban Laxague rescató los frutos del pueblo usando la imagen del Río Negro, signo de la vida, tan cercano a los sentimientos de los habitantes de Viedma y Carmen de Patagones y presente en el logo del Seminario. “Este río, que nace en la cordillera y desemboca en el mar, se detiene en sus riberas fecundando esta vida en abundancia”. Luego hizo referencia a la necesidad de un mayor ejercicio de la ciudadanía, otra de las ideas fuertes del Seminario, y concluyó recordando la figura de Ceferino Namuncurá y Artémides Zatti como ejemplos de compromiso cristiano.
Como gesto de cierre, se vertió en un cántaro y se puso en una canasta el agua y el pan que trajeron las delegaciones desde cada uno de sus lugares. Los pastores y el obispo los bendijeron y se compartió el pan entre los participantes. Para terminar, se hizo un gran abrazo colectivo formando círculos concéntricos en torno al cántaro de agua que cubrieron por completo el estadio, bailando suavemente al ritmo de “Creo en vos y en mí, en mí en vos, en la complicidad de la ilusión…”


“La revelación de algo oculto”, del libro “Cuentos para contemplar la vida”. Orlando Yorio

15/4/07

"COMUNIDADES CRISTIANAS CONSTRUYENDO CIUDADANIA"



3ra. Jornada Diocesana de Pastoral Social


Estimados
compañeros y compañeras esta es una invitación a participar de la tercera jornada diocesana de pastoral social. La idea es participar como delegacion, aportar la experiencia y el espiritu del SFT y tener una actividad juntos, como delegación.

El lema de la Jornada es "Comunidades Cristianas construyendo Ciudadania" creo que algo tenemos para aportar porque es un tema que no nos es ajeno, animemonos a participar. La jornada sera el 25 de Mayo de 9 a 13 horas en el Colegio de la Consolata en Merlo.
NOVEDADES

A los integrantes de la mesa:

La Próxima reunión de mesa será el 04 de Mayo a las 18 hs en la Parroquia de la Merced (Merlo) alli prepararemos y organizaremos la reuion de delegacion que será en la misma parroquia el dia domingo 20 de Mayo a las 16 hs.

8/4/07

EL RESUCITADO ES EL CRUCIFICADO

Lo que no es la resurrección de Jesús

Se suele decir en teología que la resurrección de Jesús no es un hecho "histórico", con lo cual se quiere decir no que sea un hecho irreal, sino que su realidad está más allá de lo físico. La resurrección de Jesús no es un hecho realmente registrable en la historia; nadie hubiera podido fotografiar aquella resurrección. La resurrección de Jesús objeto de nuestra fe es más que un fenómeno físico. De hecho, los evangelios no nos narran la resurrección: nadie la vio. Los testimonios que nos aportan son experiencias de creyentes que, después de la muerte de Jesús, "sienten vivo" al resucitado; no son testimonios del hecho mismo de la resurrección.
La resurrección de Jesús no tiene parecido alguno con la "reviviscencia" de Lázaro. La de Jesús no consistió en la vuelta a esta vida, ni en la reanimación de un cadáver (de hecho, en teoría, no repugnaría creer en la resurrección de Jesús aunque hubiera quedado su cadáver entre nosotros, porque el cuerpo resucitado no es, sin más, el cadáver). La resurrección (tanto la de Jesús como la nuestra) no es una vuelta hacia atrás, sino un paso adelante, un paso hacia otra forma de vida, la de Dios.
Importa recalcar este aspecto para darnos cuenta de que nuestra fe en la resurrección no es la adhesión a un "mito", como ocurre en tantas religiones, que tienen mitos de resurrección. Nuestra afirmación de la resurrección no tiene por objeto un hecho físico sino una verdad de fe con un sentido muy profundo, que es el que queremos desentrañar.
La "buena noticia" de la resurrección fue conflictiva
Una primera lectura de los Hechos de los Apóstoles suscita una cierta extrañeza: ¿por qué la noticia de la resurrección suscitó la ira y la persecución por parte de los judíos? Noticias de resurrecciones eran en aquel mundo religioso menos infrecuentes y extrañas que entre nosotros. A nadie hubiera tenido que ofender, en principio, la noticia de que alguien hubiera tenido la suerte de ser resucitado por Dios. Sin embargo, la resurrección de Jesús fue recibida con una agresividad extrema por parte de las autoridades judías. Hace pensar el fuerte contraste con la situación actual: hoy día nadie se irrita al escuchar esa noticia. El anuncio pascual de la resurrección de Jesús puede ahora suscitar indiferencia. ¿Por qué esa diferencia con lo que ocurrió entonces? ¿Será que no anunciamos la misma resurrección, o que no anunciamos lo mismo en el mismo anuncio de la resurrección de Jesús?
Leyendo más atentamente los Hechos de los Apóstoles ya se da uno cuenta de que el anuncio que hacían los apóstoles tenía ya en sí mismo un aire polémico: anunciaban la resurrección "de ese Jesús a quien ustedes crucificaron". Es decir, no anunciaban la resurrección en abstracto, como si la resurrección de Jesús fuese simplemente la afirmación de la prolongación de la vida humana tras la muerte. Tampoco estaban anunciando la resurrección de un alguien cualquiera, como si lo que importara fuera simplemente que un ser humano, cualquiera que fuese, hubiera traspasado las puertas de la muerte.

El crucificado es el resucitado

Los apóstoles no anunciaban una resurrección abstracta, sino una muy concreta: la de aquel hombre llamado Jesús, a quien las autoridades civiles y religiosas habían rechazado, excomulgado y condenado.
Cuando Jesús fue atacado por las autoridades, se encontró solo. Sus discípulos lo abandonaron, y Dios mismo guardó silencio, como si también lo hubiera abandonado. Con su muerte en cruz, todo pareció concluir. Sus discípulos se dispersaron y quisieron olvidar.
Pero ahí ocurrió algo. Una experiencia nueva y poderosa se les impuso: sintieron que estaba vivo. Les invadió una certeza extraña: que Dios sacaba la cara por Jesús, y se empeñaba en reivindicar su nombre y su honra. "Jesús está vivo", no ha podido la muerte con él. Dios lo ha resucitado, lo ha sentado a su derecha misma, confirmando la veracidad y el valor de su vida, de su palabra, de su Causa. Jesús tenía razón, y no la tenían los que lo expulsaron de este mundo. Dios está de parte de Jesús, Dios respalda la Causa del Crucificado. El Crucificado ha resucitado, ¡vive!
Y esto era lo que verdaderamente irritó a las autoridades judías: Jesús les irritó cuando estaba vivo, y les irritó aún más cuando resucitó entre sus discípulos. A las autoridades judías, lo que tanto les irritaba no era el hecho físico mismo de una resurrección, que un ser humano esté muerto o vivo; lo que no podían tolerar era que aquel ser humano concreto, Jesús de Nazaret, cuya Causa (su proyecto, su utopía, su buena noticia) que tan peligrosa habían considerado y que creían ya descartada al haberlo crucificado, volviera a ponerse en pie, resucitara.
Y no podían aceptar que Dios estuviera sacando la cara por aquel crucificado condenado y excomulgado. Era imposible para ellos que Dios se manifestara a favor de Jesús, que lo avalara. Ellos creían en otro Dios, no en el que los discípulos de Jesús creían reconocer en aquella experiencia de sentir a Jesús resucitado.

Creer con la fe de Jesús

Pero los discípulos, que redescubrieron en Jesús el rostro de Dios (como Dios-de-Jesús) comprendieron que él era el Hijo, el Señor, la Verdad, el Camino, la Vida, el Alfa, la Omega. La muerte no tenía ya ningún poder sobre él. Estaba vivo. Había resucitado. Y no podían sino confesarlo y "seguirlo", "persiguiendo su Causa", obedeciendo a Dios antes que a los humanos, aunque costase la muerte.
Creer en la resurrección no era pues para ellos tanto la afirmación de un hecho físico-histórico, ni una verdad teórica abstracta (la vida postmortal), sino la afirmación contundente de la validez suprema de la Causa de Jesús (¡el Reinado de Dios!), a la altura misma de Dios ("a la derecha del Padre", como valor absoluto), por la que es necesario vivir y luchar "hasta dar la vida".
Creer en la resurrección de Jesús es sobre todo creer que su palabra, su proyecto y su Causa (¡el Reino!) expresan el valor fundamental de nuestra vida.
Y si nuestra fe reproduce realmente la fe de Jesús (su visión de la vida, su opción ante la historia, su actitud ante los pobres y ante los poderes...) será tan conflictiva como lo fue en la predicación de los apóstoles o en la vida misma del nazareno.
En cambio, si la resurrección de Jesús la reducimos a un símbolo universal de vida postmortal (como podría serlo en el universo común de las religiones), o a la simple afirmación de la vida sobre la muerte, o a un hecho físico-histórico que ocurrió hace veinte siglos... entonces esa resurrección queda vaciada del contenido que tuvo en Jesús y ya no dice nada a nadie, ni irrita a los poderes de este mundo, o incluso desmoviliza en el camino de la Causa de Jesús.
Lo importante no es creer en Jesús, sino creer como Jesús. No es tener fe en Jesús, sino tener la fe de Jesús: su actitud ante la historia, su Causa, su opción por los pobres, su propuesta, su lucha decidida...
Creer lúcidamente en Jesús en esta América Latina, o en este Occidente llamado "cristiano", donde la noticia de su resurrección ya no irrita a tantos que invocan su nombre para justificar incluso las actitudes contrarias a las que tuvo él, implica volver a descubrir al Jesús histórico y el sentido de la fe en la resurrección.
Creyendo con esa fe de Jesús, las "cosas de arriba" y las de la tierra no son ya dos direcciones opuestas, ni siquiera distintas. Las "cosas de arriba" son la Tierra Nueva que está injertada ya aquí abajo. Hay que hacerla nacer en el doloroso parto de la Historia, sabiendo que nunca será fruto adecuado de nuestra planificación sino don gratuito de Aquel que viene. Buscar "las cosas de arriba" no es esperar pasivamente que suene la hora escatológica (que ya sonó en la resurrección de Jesús) sino hacer realidad en nuestro mundo el Reinado del Resucitado y su Causa: Reino de Vida, de Justicia, de Amor y de Paz.


JON SOBRINO (perseguido por anunciar el Reino)

7/4/07



Momento del almuerzo durante el SFT, Luego de una mañana de trabajos en grupo y dinamicas, el comedor era el lugar de encuentro para las delegaciones que nos permitia intercambiar experiencias de lo vivido en cada espacio. Las noches tambien tenian su espacio, pero eso lo veremos mas adelante.....!!!!

6/4/07

RECORDATORIO









Hola Compañeros y Compañeras, les escribo este recordatorio para avisarles que no se olviden de la reunión del Domingo 20 de Mayo a partir de las 16 horas en la Parroquia de Nuestra Sra. de la Merced en Merlo. Comenzaremos a Diagramar nuestro año de trabajo como delegacion y ya tenemos para compartir los primeros temas de reflexión para el próximo SFT.
que tengan unas Felices Pascuas. Aqui va otra foto para compartir.

Desde Los Pobres, Ciudadania Plena y Vida en Abundancia


















Para interiorizarse de lo que es y de que se trata el seminario de formación Teológica les recomiendo entrar a www.sft.org.ar


Este 22º Seminario de Formación Teológica nos tocó vivirlo en Viedma Provincia de Rio Negro.

El Seminario se desarrolló desde el 4 hasta el 10 de Febrero. Desde la Diocesis de Merlo-Moreno viajamos para Participar mas de 90 personas de las cuales, ocho cumplen roles dentro de la organizacion nacional. Este año se sumaron a Gerardo Duré que integra la Coordinacion Nacional, Omar Palma que integró el equipo de metodología ampliado que por segunda vez anima el espacio de Corporeidad; Andrea Aguirre y Charo que animaron la parte Liturgica del SFT y Osvaldo Acosta(primera vez) , Gustavo Zarza(segunda vez) Soledad Espinosa (primera vez) que estuvieron en el Equipo ampiado de prensa y difusión del SFT. Todos ellos han tenido una destacada participacion del Seminario y por medio de esta publicacion quiero agradecerles en nombre de toda la Coordinacion nacional y los demas comñaeros de Seminario por su labor y dedicacion durante todo el SFT, a todos ellos muchas gracias!!!!



Siguiendo con la cronica les cuento que la nuestra es, junto con la de La Rioja, la delegación mas numerosa e historicamente la que mas participó de los SFT y la que mas compañeros y compañeras aportó para la construccion colectiva de estos Seminarios. Siempre ha tenido una destacada participacion en cada uno de los seminarios a pesar de la situacion economica y de la realidad que vivimos en nuestra diocesis. La foto que ilustra esta nota es una de las tantas postales que tuvimos oportunidad de conocer y que traemos grabada en nuestras retinas.
Eta imagen pertenece a Punta Bermeja, la reserva de Lobos marinos en la Costa Atlantica a solo 60 Kilometros de la Ciudad de Viedma.

En próximas entradas voy a ir subiendo algunos textos, mas fotos de la delegacion y algunos avisos





Hola a Todos y Todas!!




Amigos y amigas, compañeros y compañeras de camino que conforman la delegacion de los Seminarios de Formación Teológica de Merlo Moreno.


Este Blog ha sido creado con el fin de abrir una vía de comunicacion entre todos los que participamos del SFT y de todos aquellos que quieren participar o saber de que se trata.


en este Blog encontraremos comentarios, avisos, fotos, documentos y todo lo que ustedes quieran agregar, sus invitaciones a las actividades de las comunidades, fiestas, encuentros, etc.


Tambien pueden entrar y dejar sus comentarios, preguntas e inquietudes para que la mesa de animacion de la delegacion responda. En fin este Blog es una herramienta para que la usemos en provecho propio para que nos haga sentir mas comunicados y mas cercanos. Allá Vamos!!!